Nunca me he fiado de las noticias. No es que no quiera estar informado de lo que sucede a mi alrededor, si no que siempre he pensado que los informativos tergiversaban las crónicas a su antojo. Esto no es nuevo: desde siempre los periódicos y noticiarios se han caracterizado por su partidismo. Algunos enfocando la noticia desde su punto de vista, otros aludiendo sólo a ciertos eventos y silenciando o incluso alterando otros; destruyendo, por supuesto, la objetividad que debería ser la base fundamental de la noticia.
Lo que sí que es nuevo (o por lo menos un fenómeno que desde hace poco se está usando con más frecuencia) es el hecho de repetir varias veces la misma noticia varias veces durante el mismo programa, aún más, durante varios días consecutivos, copiarla de otros medios (a veces, varios días después) o incluso hacer un simple corta-y-pega desde la página web o el recorte de prensa donde se mostraba la información originalmente: Últimamente se está poniendo de moda el mostrar ante las cámaras la pantalla de un ordenador donde está escrita la noticia. Así, el único trabajo que resta hacer es leer en voz alta mientras el televidente ve cómo se va seleccionando el texto que interesa.
El peor caso, sin embargo, lo encontré con la última visita de Benedicto XXVI a Valencia. Era realmente estresante ver cómo los informativos añadían una sección propia para tal acontecimiento y cada mediodía empezaban diciendo "faltan [...] días" para a continuación comentar durante varios minutos las "interesantísimas" actividades que se hacían en torno al evento. Ni al fútbol en sus buenos tiempos dedicaban tanto tiempo. Y así, durante 100 días...
Parece además que últimamente también se considera noticia para un informativo lo que antes se tomaba como prensa rosa y actualmente no es difícil encontrar en periódicos serios lo que antes era terreno de las páginas del Hola, Lecturas o similares. Siguiendo esa tónica encontramos también aplastantes títulos amarillistas que nada tienen que ver con la noticia posterior, noticias de relleno o extrañas explicaciones de las que no sabes discernir si se trata de una noticia, un anuncio o un publirreportaje.
Todo eso, claro está, sin contar con un gran clásico: la gran cantidad de errores o las barbaridades que, por falta de conocimiento o simple vagancia de no querer comprobar las fuentes o los datos, se cometen de forma absolutamente impune (véase por ejemplo, malaprensa). ¿Es eso un trabajo profesional? Yo respondería con un rotundo no. Mi opinión es bien clara: si un día no hay noticias, que los editores se ajusten a la realidad y acorten el espacio del informativo o quiten páginas del periódico. Como decían por ahí, en el frasco pequeño se guarda la buena confitura.
Lo que sí que es nuevo (o por lo menos un fenómeno que desde hace poco se está usando con más frecuencia) es el hecho de repetir varias veces la misma noticia varias veces durante el mismo programa, aún más, durante varios días consecutivos, copiarla de otros medios (a veces, varios días después) o incluso hacer un simple corta-y-pega desde la página web o el recorte de prensa donde se mostraba la información originalmente: Últimamente se está poniendo de moda el mostrar ante las cámaras la pantalla de un ordenador donde está escrita la noticia. Así, el único trabajo que resta hacer es leer en voz alta mientras el televidente ve cómo se va seleccionando el texto que interesa.
El peor caso, sin embargo, lo encontré con la última visita de Benedicto XXVI a Valencia. Era realmente estresante ver cómo los informativos añadían una sección propia para tal acontecimiento y cada mediodía empezaban diciendo "faltan [...] días" para a continuación comentar durante varios minutos las "interesantísimas" actividades que se hacían en torno al evento. Ni al fútbol en sus buenos tiempos dedicaban tanto tiempo. Y así, durante 100 días...
Parece además que últimamente también se considera noticia para un informativo lo que antes se tomaba como prensa rosa y actualmente no es difícil encontrar en periódicos serios lo que antes era terreno de las páginas del Hola, Lecturas o similares. Siguiendo esa tónica encontramos también aplastantes títulos amarillistas que nada tienen que ver con la noticia posterior, noticias de relleno o extrañas explicaciones de las que no sabes discernir si se trata de una noticia, un anuncio o un publirreportaje.
Todo eso, claro está, sin contar con un gran clásico: la gran cantidad de errores o las barbaridades que, por falta de conocimiento o simple vagancia de no querer comprobar las fuentes o los datos, se cometen de forma absolutamente impune (véase por ejemplo, malaprensa). ¿Es eso un trabajo profesional? Yo respondería con un rotundo no. Mi opinión es bien clara: si un día no hay noticias, que los editores se ajusten a la realidad y acorten el espacio del informativo o quiten páginas del periódico. Como decían por ahí, en el frasco pequeño se guarda la buena confitura.
5 comentarios:
Sacto. Por mi parte, destacar la cantidad de noticias chorra o de famoseo (además de la diaria dosis de Madeleine) que abundan en estas fechas. Uno ya no sabe si está viendo Corazón, Corazón o la edición televisiva de los diarios deportivos.
Por no hablar de las estructuras de los informativos que ya no sé cómo interpretar: titulares, noticias, titulares deportivos, más noticias, los deportes, otras cosas, titulares de nuevo, etc. Todo ello bien aliñado con publicidad en cualquier momento y cantidad.
Hoy en día es muy difícil encontrar periodismo con una calidad aceptable.
Parece ser que siempre vemos el vaso medio vacío :) Bueno, yo creo que todos tenemos errores en nuestros quehaceres y, a veces, si no nos controlan un poco nos confiamos y pasa lo que pasa, que la calidad mengua y el rigor se balancea. Esto lo digo por la noticia de malaprensa.
Yo creo que, como en la vida, la libertad de prensa es lo que ha hecho que ella misma se degrade. Yo lo compararía con lo que nos ocurre cuando la disciplina (que digamos, controlaría el rigor) desaparece. Y ése es el precio que pagamos: baja calidad, partidismo, manipulación...
Pero yo, que soy algo pesimista, creo que hay buenos periodistas, aunque mi criterio no es demasiado exigente. A veces, disfruto con un buen artículo de Pérez-Reverte, por ejemplo, o con la noticia del equipo "A fondo" de los informativos de A3.
Juas, es que hay veces que te partes la caja con los artículos de Pérez-Reverte. El último es muy bueno.
Me refería a éste
No lo conocía pero creo que he encontrado una nueva fuente de inspiración :)
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