Al bajar la taza de café esta mañana, sentado en una mesa en el restaurante de un hotel, mi vista se ha dirigido a uno de esos cuadros que suelen poblar las paredes de estos lugares. El objeto era de lo más simple: un lienzo pintado de marrón en la mitad inferior y de azul en la mitad superior, con la firma del pintor en una de las esquinas. Mi reacción inmediata ha sido pensar que yo también quiero ser pintor, y conseguir vender por un buen pellizco ese tipo de "obras".
Cuadros abstractos, esculturas retorcidas y, en general, todo tipo de arte moderno, están repartidos por todas partes y es difícil encontrar a alguien que no haya pensado nunca al ver uno de estos objetos, "pero... ¿esto es arte?" El lienzo más curioso que he visto nunca era uno en blanco, con un título similar a "falta de inspiración" (sic); y sí, estaba en un museo. No faltan tampoco las noticias en las que se indica que ciertas obras falsas (pintadas por niños o tal vez consistentes en unos cuantos garabatos) han conseguido filtrarse en los museos entre las obras de grandes "genios".
Dirán los expertos que lo que sucede es que no entendemos de arte. Pues no señor, no entendemos. Pero cuando vemos el David de Miguel Ángel nos maravillamos; nos deleita ver cualquiera de las obras de Goya y podemos llegar a emocionarnos con el Guernica.; y si además un entendido nos explica el contexto histórico y todas las características de la obra, el objeto se convierte de una absoluta maravilla. Sin embargo, por mucho que usted me explique que en un cuadro abstracto las lineas horizontales significan la armonía y las manchas momentos de enfado del autor, como mucho me verá usted exclamar un "ah, pues vale".
Y sin embargo ese tipo de cuadros llenan salas de espera, hospitales, y lo que es peor, galerías de arte.Discúlpenme ustedes, pero hay una gran diferencia entre arte (El fusilamiento del 2 de mayo, La Puerta de Brandenburgo), la belleza en la geometría (Relativity, Cubo Imposible) y unos puros garabatos (Klee, Vaca Abstracta). Yo, personalmente, me quedo con los dos primeros.
Cuadros abstractos, esculturas retorcidas y, en general, todo tipo de arte moderno, están repartidos por todas partes y es difícil encontrar a alguien que no haya pensado nunca al ver uno de estos objetos, "pero... ¿esto es arte?" El lienzo más curioso que he visto nunca era uno en blanco, con un título similar a "falta de inspiración" (sic); y sí, estaba en un museo. No faltan tampoco las noticias en las que se indica que ciertas obras falsas (pintadas por niños o tal vez consistentes en unos cuantos garabatos) han conseguido filtrarse en los museos entre las obras de grandes "genios".
Dirán los expertos que lo que sucede es que no entendemos de arte. Pues no señor, no entendemos. Pero cuando vemos el David de Miguel Ángel nos maravillamos; nos deleita ver cualquiera de las obras de Goya y podemos llegar a emocionarnos con el Guernica.; y si además un entendido nos explica el contexto histórico y todas las características de la obra, el objeto se convierte de una absoluta maravilla. Sin embargo, por mucho que usted me explique que en un cuadro abstracto las lineas horizontales significan la armonía y las manchas momentos de enfado del autor, como mucho me verá usted exclamar un "ah, pues vale".
Y sin embargo ese tipo de cuadros llenan salas de espera, hospitales, y lo que es peor, galerías de arte.Discúlpenme ustedes, pero hay una gran diferencia entre arte (El fusilamiento del 2 de mayo, La Puerta de Brandenburgo), la belleza en la geometría (Relativity, Cubo Imposible) y unos puros garabatos (Klee, Vaca Abstracta). Yo, personalmente, me quedo con los dos primeros.