domingo, 9 de marzo de 2008

¿Y Esto...Para Qué Sirve?

No lo puedo evitar. Tal vez sea parte de mi deformación profesional, pero me hierve la sangre cada vez que oigo un comentario similar. La respuesta popular a cualquier artículo relacionado (aunque sea mínimamente) con la ciencia consiste básicamente en adoptar una de tres posturas igualmente indignantes: 1) La burla con origen en una profunda ignorancia de la que parece que el comentarista se quiere vanagloriar, 2) La convicción de que lo expuesto no sirve para absolutamente nada, o bien 3) la opinión de que con el dinero usado en esa investigación absurda se hubiera podido hacer tal o cual cosa (a completar por el lector). También es frecuente una mezcla de ambas.

Parece que a la gente común le molesta en demasía que se gasten unos cuantos millones de euros en investigación (que, como se verá, no es tan inútil como parece) mientras que se callan y miran para otro lado cuando, al mismo tiempo, se gastan cantidades muy superiores (ergo, con varias cifras de más) en cosas como obtener el contrato de un jugador famosillo para el equipo local, la publicidad, o la industria armamentística (léase, la guerra). Sin embargo, en la sociedad capitalista en la que vivimos, lo que interesa es obtener beneficios tangibles, cuanto antes mejor y, si se invierte en algo, debe resultar rentable a corto plazo lo que, por diversas razones, no sucede con la ciencia.

El problema estriba mayormente en que la ciencia no está incluída como parte de nuestra cultura general, lo que se resume hábilmente en el dicho común "es que yo soy de letras" en el que se reguarda una multitud de personas incluso cuando se trata de resolver la más mínima operación aritmética, propia de la educación primaria. Y es que hay gente que incluso se enorgullece de tener escasos conocimientos de ciencia, como si ello fuera una virtud. Otros, por otro lado, argumentan que la ciencia es para locos, frikis o gente muy inteligente o con alto coeficiente intelectual, echando así por tierra los esfuerzos que hacen los divulgadores para expresar los conceptos de forma comprensible.

Sobre la utilidad de la ciencia, está claro que hay investigaciones (como una cura para el cáncer o el sida) que parecen mucho más útiles que otras (como el estudio galaxias lejanas). No obstante, debemos ampliar nuestras miras y pensar a largo plazo. Una anécdota clásica es la siguiente: Se dice que cuando Michael Faraday explicó su descubrimiento de que un imán en movimiento inducía corrientes eléctricas en un conductor, el primer ministro británico de la época, Robert Peel, le preguntó “¿Y esto para qué sirve?”, a lo que Faraday respondió “¿Para qué sirve un recién nacido?”. Actualmente los generadores eléctricos funcionan basados en este principio y, sin ello, viviríamos en un mundo sin electricidad, sin comunicación instantánea a distancia, sin medios de comunicación y sin las más básicas comodidades.

Se pueden encontrar multitud de ejemplos más modernos: Sin la investigación aeronáutica no existirían muchísimos materiales de gran utilidad como los uniformes de bomberos, capaces de soportar grandes temperaturas o metales ligeros ideales para la construcción. Sin los conocimientos obtenidos a través de la astrofísica no podríamos pensar en la fisión, una fuente de energía limpia que resolviera nuestros problemas energéticos y contaminantes (véase la web del ITER, donde ya se está construyendo un prototipo de este reactor). Sin descubrimientos producidos en el CERN acerca de fenómenos nucleares, no tendríamos resonancias magnéticas, tomografías, tratamientos contra el cáncer o, en general, medicina nuclear. Y, por increíble que parezca, lo que empezó como una mera curiosidad por saber si la luz es una onda o una partícula (y que le valió a Albert Einstein el premio Nobel) ha terminado proporcionándonos la televisión, las puertas automáticas, las células fotovoltaicas (base para los paneles solares) o, en úl instancia, en cierto tipo de diodos, con lo que ello conlleva para la electrónica.

La ciencia cumple además varias funciones en beneficio de la sociedad: 1) la creación de nuevos conocimientos, lo que permite estar al tanto en los avances a nivel mundial, 2) su potencial capacidad en la toma de decisiones en ámbitos nacionales sobre bases objetivas y racionales, lo que a su vez potencia el desarrollo económico, 3) la contribución a la educación, no sólo a nivel escolar sino también como parte de la cultura, en su labor de informar a la sociedad eliminar los prejuicios irracionales tales como oscurantismo, creencias en tarots, artes adivinatorias, charlatanerías paranormales y conspiraciones paranoicas productos de la ignorancia o 4) la mejora en la calidad de vida a partir de la tecnología.

...Después de esto, ¿aún piensa el lector o lectora que la ciencia y la investigación no sirven para nada?

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