jueves, 27 de marzo de 2008

El Precio de la Vivienda

Leo en algunos panfletos (léase aquí o aquí) que, según un informe elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE), un joven debería cobrar un 132% más para poder comprar una vivienda. Se explica (muy apropiadamente) que un joven necesitaría tener unos ingresos mínimos anuales de 38.028,89 euros para poder comprar una vivienda libre en España de modo que la cuota mensual de su hipoteca no excediera del 30% del total, lo que representa un 132,3% más del salario medio real actual, situado en 16.370,13 euros. (Nótese que, de nuevo, se menciona el salario medio cuando, ya se ha dicho, el salario modal es más representativo). Siguiendo este informe, éste colectivo destina el 70% de su salario (el 92% en el caso de menores de 25 años) para acceder a una vivienda. El peor caso se da en el País vasco, donde se destina hasta el 86%.

Se veía venir, y es algo de lo que nos estamos quejando desde hace ya mucho tiempo: gracias a la especulación y la dejadez del gobierno, la vivienda se está pasando a ser de un derecho constitucional a ser un producto de lujo. El precio del suelo, la sagacidad de los empresarios, la voracidad de los especuladores y la indiferencia del ministerio de vivienda, están consiguiendo que cada vez sea más complicado independizarse y conseguir una vivienda propia. Cabe mencionar que, aunque el estudio se ha efectuado entre la población joven española, el resultado es fácilmente aplicable a los no tan jóvenes, lo que convierte este problema en algo realmente grave.

Pero analicemos éste hecho de forma objetiva: Si entramos a la página web del ministerio de vivienda, podemos acceder a una tabla con los precios de la vivienda. Según lo que se obtiene, el precio medio en España es de 2139 euros/m2 (y el precio máximo, 3931 euros/m2 en San Sebastián). Con ello, y tomando como salario más representativo de la población española de 965 euros (ver esta entrada), un sencillo cálculo nos lleva a que, dedicando el sueldo íntegramente a ello, y sin contar con los intereses y las hipotecas, se necesitarían más de 9 años para pagar un mini-piso de 50m2 ó 17 años para un piso típico de 90m2. No solo eso; una persona tiene otros gastos imprescindibles (algunos de los cuales, también relacionados con la vivienda), lo cual nos lleva a una situación inadmisible: tomando que se usara el 50% del salario, y añadiendo las tasas de las hipotecas, fácilmente podemos estar más de 30 años pagando una vivienda.

Con el ritmo de vida actual en el que, dada la situación, las personas adquieren en propiedad la vivienda a una edad bastante tardía, las parejas no son tan estables como sería deseable y existen otros problemas como la inestabilidad laboral, no es difícil que algunas personas ya se hayan jubilado cuando acaben de pagar su hogar. Y si a esto añadimos la posibilidad de que nos toquen unos vecinos insoportables, la zona se convierta en inaccesible, peligrosa o, por cualquier razón, se tenga que cambiar la vivienda, el resultado es un cóctel molotov a punto de explotar.

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