domingo, 13 de julio de 2008

Dinerocracia (2)

Empezaba en la anterior entrada un pequeño esbozo de mis pensamientos acerca de la sociedad capitalista en la que vivimos. Ya se vio cómo las empresas, los negocios, la industria y, en definitiva, el continuo movimiento de dinero, cada vez más rápido, es la base fundamental del sistema. Llegamos a un punto en el que incluso el gobierno queda supeditado por las grandes compañías, siendo dinero el que realmente mueve los hilos de nuestra sociedad. Esto crea graves problemas: Como bien decía Telcarion en los comentarios de la entrada anterior, las personas nos convertimos en un medio más para obtener dinero (tanto en el contexto de consumidores como en el de productores) y, finalmente, ciertos derechos fundamentales, ciertas obviedades y cuestiones que deberían ser de pura lógica, quedan relegadas a un segundo plano. Acabamos esclavos del sistema que nosotros mismos hemos creado, una sociedad completamente deshumanizada en la que, más que nunca, tanto tienes, tanto vales.

Éste es el axioma definitivo: deshumanice totalmente a sus clientes. Ellos no son personas, son simples números y estadísticas; objetivos que se traducen en potenciales fuentes de ingresos para su empresa. Usted, como portavoz de su empresa, tiene el deber de exprimir cada vez más al objetivo con tal de obtener más beneficios. Recuerde: cuanto más dinero consiga para su empresa, más dinero estará inyectando en la economía y, por ende, estará usted contribuyendo al bienestar del país. De acuerdo, esto lo convierte a usted también en un simple medio, ¿verdad? Pero... ¿acaso importa? ¿no se siente usted orgulloso de actuar altruista al contribuir a que la sociedad no se desmorone?

Tercera lección, como corolario del axioma anterior: rebusque los sistemas más enrevesados para obtener ganancias. Sea original: cobrar hasta la milésima de euro o practicar el redondeo ya están pasados de moda. Ahora lo que se lleva es la imposición de servicios no deseados o sin petición previa (véase una aplicación práctica aquí): imponga usted un servicio y cobre por él (mejor aún si el objetivo no puede o no tiene intención de usarlo) y asegúrese de que, en caso de que el cliente se dé cuenta y quiera darse de baja, el procedimiento sea rentable para la empresa y produzca todavía más beneficios. Algunas ideas son ayudarse de extrañas clausuras legales, poner teléfonos inaccesibles u operados por contestadores automáticos a disposición de los objetivos. Y recuerde que unos pocos céntimos por objetivo se traducen en suculentas ganancias.

Sin embargo, como bien mencionaba cierto personaje, todo lo que tiene un principio, tiene un final. Con el actual estado de nuestra sociedad, las empresas, el gobierno, la economía y el propio sistema es absolutamente dependiente del consumo energético: De hecho, es fácil comprobar como ése necesario crecimiento económico acelerado ha sido el causante del incremento casi exponencial el consumo energético que realizamos año a año. Y ése, lector, es el principio del fin: los propios principios fundamentales de la economía son los que predicen su autodestrucción. Para que la rueda económica siga funcionando necesitamos aumentar el consumo. Pero los recursos no son ilimitados...

Ése es el problema: a través de las sucesivas revoluciones industriales, hemos sido capaces de hacer evolucionar el capitalismo hasta el estado en el que ahora se encuentra. El problema es que en cada una de las etapas (mecanización, automatización y robotización), la principal fuente de energía ha sido siempre el residuo orgánico. Gas, petróleo y carbón son, incluso a día de hoy, el origen del 90% de la energía obtenida mundialmente. Y señores... esto se va a acabar. ¿Y por qué no se potencian otras alternativas? Muy sencillo: porque éso está fuera de los intereses y los límites de nuestra sociedad; simplemente, no pertenece a su ámbito. Así, la sociedad tal como la conocemos tiene fecha de caducidad, y no hace falta ser muy inteligente para saber que ésta fecha está muy cerca; probablemente menos de 100 años... y es incluso muy posible que muchos la veamos.

Seamos sinceros: Con todo el preámbulo y los conocimientos que tenemos, es evidente que cuando se agoten las fuentes de energía que hasta ahora estamos usando entraremos en una grave crisis; no una de esas crisis que hemos vivido hasta ahora; sino en una crisis global, localizada en todo el planeta al mismo tiempo, que afectará al sistema en sí mismo, a sus cimientos, y que provocará revueltas, levantamientos, insurrecciones, revoluciones sociales y fenómenos impredecibles. Tendremos el fin de la sociedad en la que vivimos,... y nadie sabe lo que podrá surgir de ahí. Esperemos que el resultado sea una nueva sociedad más digna, más humana... y alejada de la dinerocracia.

4 comentarios:

Telcarion dijo...

De hecho, ni siquiera hará falta esperar a que se agoten estas fuentes de energía. Conforme se vayan haciendo más escasas, la mano blanca se encargará de ir aumentando el precio del petróleo por la escasez de oferta, lo que iniciará la crisis antes de que se acaben las reservas. Los gobiernos intentarán tomar medidas ante la situación, pero dudo que consigan algo: si no hay suficiente energía, no la hay; la termodinámica es así de implacable. Es más, es posible que sean los propios gobiernos quienes tomen la decisión estratégica de almacenar el poco petróleo que quede para mover los ejércitos.

Por otra parte, también espero que la futura crisis del sistema sirva para despertar de su sueño a quienes aún creen en él... y que proporcione el impulso necesario para avanzar a un nuevo modelo de sociedad y de sistema.

Asgard dijo...

Respecto a la subida de precio del petróleo cuando se convierta una fuente escasa... creo que paulatinamente ya nos están acostumbrando: el precio sube más, y con más frecuencia. y nosotros aquí, bien calladitos.
Y sobre el gobierno, no sé, pero me da a mí en la nariz que van a seguir la tónica habitual de negar la evidencia, lavarse las manos y decir que "todo va estupendamente" hasta que realmente estemos todos con el agua al cuello. Como siempre, vamos.
Debo reconocer que el tema de aprovechar las últimas gotas del oro negro para uso exclusivo del ejército es algo obvio viniendo de nuestros "bienintencionados" gobiernos en lo que no había pensado.

Valadrem dijo...

A propósito del tema del petróleo se podrían decir muchas cosas.

Empezando por las "energías alternativas" como el biodiésel a partir de aceite de girasol, gracias al cual tierras de cultivo de todo el mundo se dedican a la plantación de girasol dejando a miles de personas sin alimento.

Siguiendo con los "biocarburantes de segunda generación", de los que cierta multinacional petrolera presumía hace poco en anuncios de televisión. De tener la patente, no de usarlos, que mientras haya petróleo no vamos a estar haciendo tonterías con algas.

Y no olvidemos que, en este mismo momento, en las gasolineras nos venden como gasolina (al precio de gasolina) un producto adulterado con etanol.

Valadrem dijo...

Por cierto, en el tema de la imposición de servicios no solicitados añado otro de mi cosecha.

Normalmente tengo el teléfono móvil desconectado (sólo lo uso para llamar). Sin embargo, mi compañía de móviles, cuyo nombre se parece bastante al de mi compañía de teléfono fijo, a fin de que no pierda ninguna llamada importante (?) me activa de vez en cuando el contestador automático. A mí no me cuesta dinero, pero si alguien me llama tiene que pagar como si hubiera hablado conmigo.

No creo que yo sea la única persona del mundo en quien se preocupa mi compañía, así que si a alguien más le pasa, puede llamar al ##002# para desactivar el contestador.