miércoles, 4 de junio de 2008

Aeropuertos: Requisando Líquidos

Ya he mencionado anteriormente en este blog las dificultades y las molestias que sufrimos los viajeros cuando necesitamos tomar un vuelo, todo por unas medidas de seguridad que, en realidad, no son más que un placebo. Ahora, para completar la jugada, me entero, gracias a los textos que se pueden leer aquí o aquí, de que estás medidas son, además, completamente abusivas: Aprovechando que el reglamento aeroportuario es secreto y sólo un anexo está disponible, muchos aeropuertos aplican unas normativas que resultan mucho más estrictas y restrictivas.

Lo primero que nos podemos plantear es el oscuro secretismo que envuelve esta normativa. Esto tiene un efecto claramente negativo para los afectados ya que se encuentran completamente indefensos a la hora de poder reclamar: Todo aeropuerto puede establecer las medidas que crea oportunas, por muy abusivas que fueran, esgrimiendo el argumento de que están incluidas en el reglamento. Evidentemente, al no poder acceder a las normas, el afectado no sabrá a qué acogerse y tendrá que acatar, sin remedio, las arbitrarias condiciones del aeropuerto. Esta perversa consecuencia es la que ha llevado a un tribunal austriaco a elevar al Tribunal de Justicia de Bruselas la queja de D. Raya, que probablemente acabe con la declaración de la normativa como "inexistente" por ser secreta.

Aún hay más: según se puede leer en el anexo de la normativa (lo único disponible del texto), en una versión proporcionada por El Periódico, hay una cantidad impresionante de abusos que se cometen aprovechando el desconocimiento del usuario medio: además de líquidos, se prohíbe llevar ciertos líquidos de sustancia pastosa, pero lejos de hacer una lista exhaustiva o una descripción precisa e inequívoca, se limita a poner unos cuantos ejemplos. Más allá de eso, el resto siempre puede ser interpretado ad-hoc. Queda, sin embargo, muy claro que están permitidos los líquidos que sean utilizados por necesidades médicas, las dietas especiales y la comida infantil. ¿Cuántos miles de biberones, líquidos de medicina natural, cremas solares especiales, refrescos con efectos médicos y un largo etcétera se habrán tirado a la basura porque los afectados no podían conocer que tenían derecho a llevarlos a bordo?

Seguimos: Se puede leer que abrigos y chaquetas deberán ser inspeccionados como si se trataran de una pieza más del equipaje de mano (lo que se siempre hace cuando se dejan en la cinta para que sean analizados) Sin embargo, nada dice por lo que respecta a zapatos, relojes, cinturones u otro objetos que normalmente también suelen pedir que nos quitemos. Recordemos el triste caso de la mujer a la que le terminaron arrancando con tenazas los piercings que tenía en los pezones (véase la noticia, por ejemplo, aquí) con argumentaciones que, tras lo dicho, carecen de todo fundamento.

Por lo que parece, a partir de todo esto, la Comisión Europea se ha comprometido a publicar la normativa acerca de los líquidos. Está claro, por supuesto, ésto no significa ni mucho menos que se haga pública toda la normativa y, aún así, una cosa es comprometerse y otra cosa es saber cuándo lo hará o si ésta no incluirá ciertas modificaciones. En definitiva, si la Unión Europea hubiera hecho público desde el primero momento el contenido del reglamento secreto que regula el control de líquidos en los aeropuertos, habría ahorrado muchos sinsabores a pasajeros enfermos, padres atribulados y personas sometidas a dietas debidas por enfermedad infrecuentes. Desde aquí apoyo la iniciativa de la web www.nosinzapatos.com que recoge relatos de pasajeros indignados y propone acciones al respecto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En muchísimas ocasiones nos encontramos a personal de seguridad demasiado estresado, con demasiado celo en su trabajo, demasiado nervioso, etc. Lo que se reduce en que el suauario medio pague el pato, ser el objetivo de las iras. Y eso que pagamos con nuestro dinero un servicio, para que después nos traten como vulgares delincuentes.