viernes, 13 de junio de 2008

Tú Vota, que yo Ratifico

Ayer finalmente se votó en Irlanda el referéndum del tratado de Lisboa. Durante toda la noche y hasta hoy se ha procedido al recuento de votos, dando como resultado que el 53.4% de los votantes rechazan el tratado. Personalmente esto me ha dado una gran alegría, ya que, como se puede comprobar en esta entrada, desde el principio estaba en contra, decisión que se ha ido afianzando según asistía a eventos, reuniones y discursos. Sin embargo, las voces desde la comisión Europea no se han hecho esperar: ya no les basta con marear la perdiz y darle vueltas al asunto hasta que el resultado sea el que ellos esperan (como pasó, por ejemplo, con el tratado de Niza), sino que directamente, se saltan la opinión de los ciudadanos como les apetece.

Según se puede leer aquí o aquí, la Comisión Europea cree que el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa debe continuar a pesar del anunciado rechazo del referéndum irlandés, según afirmó hoy el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso. que además añadió que "El Tratado no está muerto, sigue vivo". En cuanto a los demás países miembros, la mayoría prefiere ser prudente y esperar a la reunión de Bruselas, aunque se muestran partidarios de continuar con el proceso de ratificación. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha asegurado hoy que la UE "no se va a detener", a pesar del triunfo del "no".

Definitivamente, espero que esto no siga adelante. De lo contrario, podemos olvidarnos de los tiempos en los que se hablaba de "democracia", empezando por el hecho ya mencionado de que los políticos europeos han intentado saltarse la opinión de los ciudadanos, pero en Irlanda por ley tenían que hacer un referéndum, y no han podido conseguirlo. Pese a todo, y casi sin finalizar el escrutinio, la Comisión Europea ya está diciendo que le da igual, que lo van a aprobar sí o sí, y que la opinión de la ciudadanía no les importa lo más mínimo. Nos engañan aprobando leyes de gran importancia para el futuro de Europa sin consultarnos; y es que una cosa es la Democracia Representativa y otra que nos pasen por encima.

En realidad parece que nada ha cambiado desde el despotismo ilustrado: una dictadura vestida de gala y con una sonrisa para engañar al ciudadano. Un "todo para el pueblo pero sin el pueblo" revestido de una falsa democracia que solo existe en un trozo de papel. Dinerocracia le llamo yo a esto: unos cuantos se reúnen para escoger las leyes que les convienen sin importarles lo que tengan que decir los que no tienen ni dinero ni poder. ¿Por qué no hacen una Constitución sencilla y clara, que todo el mundo pueda leer y entender, basada en las necesidades reales de la población, y la someten a referéndum el mismo día en todos los paises? La respuesta es sencilla y evidente: no les conviene.

Espero que la comisión europea reflexione sobre este hecho y se dé cuenta de, lejos de los despachos, las mesas de caoba y las sillas de terciopelo, el tratado de Lisboa no agrada a la Europa de verdad y que los ciudadanos de a pie, esos mileuristas que no pueden comprarse un piso, que pueden terminar trabajando 13 horas diarias, y que tienen una familia a la que mantener, quieren una Europa que de verdad piense en ellos.

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