domingo, 24 de febrero de 2008

Mi Gobierno Sin Mí

Se dejó claramente esbozado en la entrada anterior de este blog. Sin embargo, considero que tiene una gran importancia y debe ser tratado por si mismo y de nuevo si hace falta. La democracia (del antiguo griego δημοκρατία, a partir de los vocablos δημος, «pueblo» y κρατω, «poder» o «gobierno») es, según la wikipedia, una forma de gobierno, de organización del Estado, en el cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad al representante. Pues bien, aquí estoy yo, aún esperando que el gobierno -o algún portavoz- me pregunte acerca de una decisión más allá de la mera curiosidad estadística. Y aquí me quedaré. Yo, usted y todos.

Ya he mencionado que esas decisiones a las que teóricamente tenemos acceso se reducen en el mejor de los casos a unos comicios generales en los que realmente no tomamos ninguna decisión sino que simplemente elegimos quien decidirá en nuestro lugar; o a algún referéndum en el que nuestra elección no deja de ser una mera opinión puramente informativa de cara al gobierno, sin ningún tipo de valor. Lo que suele suceder es que elegimos a un representante que luego nos representa bien poco. No hace falta más que hacer un poco de memoria histórica y ver cuál fue la opinión del pueblo español respecto a la guerra de Irak, o desde hace varias legislaturas respecto al canon digital y ver lo que hicieron y hacen los representantes de turno al respecto.

Se da el hecho de que nuestro gobierno no es para nada participativo. Una vez tenemos a nuestros representantes, a nuestro presidente, es casi imposible comunicar con ellos, intercambiar opiniones e impresiones o contactar con sus portavoces. Ya resulta complicado obtener respuesta alguna por parte de los ayuntamientos (véase esta entrada en este mismo blog) así que cuando se trata de hacer llegar nuestra voz a las más importantes cabezas visibles, nos encontramos ante una misión imposible. Como ejemplo, cabe destacar la actuación del presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, que desde hace ya varios años (véase, por ejemplo, aquí) se niega a contestar cualquier tipo de pregunta por parte de los periodistas:





Parece pues que la norma general por parte de nuestro gobierno consiste bien en eludir las preguntas que se les hacen, en darles un rodeo para no tener que dar una respuesta clara y directa o bien directamente no responderlas. Señores políticos: ése no es el camino de la democracia, ustedes no deberían ser personas que ostenten un poder sobre el pueblo para poder gobernarlo; ustedes deberían ser esclavos del pueblo, y usar los recursos posibles para el bien de todos y cada uno de los ciudadanos. Para finalizar, cito algunas frases de personajes ilustres muy acordes con el tema:

La democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas que se han probado de tiempo en tiempo. (Winston Churchill)

Ustedes son el pueblo y su soberanía consiste en tener elecciones cada cuatro o seis años. Y eso significa que nosotros, el gobierno, somos legítimos aún para lo que no nos votaron. Hasta la próxima elección no es mucho lo que pueden hacer por sí mismos. Entretanto, nosotros os gobernamos porque representamos al pueblo y lo que hacemos es para bien de la nación... La esencia de la democracia es que el gobierno tiene que tomar en cuenta lo que el pueblo quiere y no quiere. No hay ningún mecanismo eficaz para hacerlo: el gobierno representativo no es muy eficaz. A veces funcionan mejor la prensa o los movimientos directos. (Eric Hobsbawm)

2 comentarios:

Telcarion dijo...

Y mientras los unos echan la culpa de todos los males a los otros, y los otros echan la culpa a los unos. Millones de personas siguen a ambos lados en posiciones fijas, convencidos de que el gobierno de su partido solucionará los problemas, que son culpa del otro, sin ver el problema de fondo y sin votar todo lo racionalmente que se debe. La población española es esclava de sí misma, de su propio obcecamiento, su propio conformismo y su propia simplificación de la realidad, dividida entre la derecha arcaica y la izquierda de palo. Así nos va, legislatura tras legislatura, crecen los problemas y la mayoría de los políticos a sacar todo lo que puedan, a nivel local, regional y estatal. No podemos seguir legitimando este continuo abuso y esta ofensa, por el bien de todos. Mientras los partidos mayoritarios sigan con abundantes apoyos en la sociedad, no tendrán problema en mantener la situación.

Anónimo dijo...

Bueno, los partidos mayoritarios gobernando con mayorías absolutas ya sabemos cómo funcionan, pero los tripartitos 'plurales' tampoco es que sean la panacea, más bien todo lo contrario. Creo que son las mismas bases de nuestra democracia las que permiten que proliferen políticos y cargos, sumideros de dinero y generadores de abusos, superfluos. ¿por qué nuestra democracia se tiene que basar en pactos entre partidos y no se pueden decidir las medidas a tomar en el mismo parlamento?