jueves, 18 de septiembre de 2008

El Precio de las Cosas

En la última entrada me quedó una puntilla que al final dejé para más tarde. Con respecto al LHC (que sigue funcionando sin haber destruido el mundo todavía) hay muchas criticas acerca de lo costoso que ha resultado sin que realmente vaya a producir unos beneficios tangibles. Temo que ambas críticas son demasiado simplistas y quienes las pronuncian no son más que cotorras que se limitan a repetir lo que oyen o sabelotodos analfabetos que no saben mirar más allá de sus narices: con respecto a las utilidades prácticas ya dí un buen repaso en este post, con lo que no he de repetirme aquí. En el caso particular del CERN, bien es sabido que es lugar de nacimiento de la actual Internet y existen notas de prensa que explican que la gran cantidad de datos que manejará el LHC podría provocar una segunda revolución en la red y una explosión de aplicaciones tecnológicas.

Las críticas acerca del coste de la maquinaria también son bastante infundadas. Como ya se dejó plasmado en el blog de Javier Armentia, el coste del LHC, el mayor instrumento de la historia de la humanidad, ha sido de unos 2.300 millones de euros (repartidos durante los 20 años que ha tardado su construcción) mientras que los recientes juegos olímpicos han consumido en un mes unos 29.000 millones de euros. vaya, realmente parece que el LHC resulta carísimo. Si a eso añadimos la cantidad de puestos de empleo que ha generado (y generará mientras siga en activo) entre científicos, ingenieros, informáticos, funcionarios, personal de limpieza, etcétera, me parece que sale muy a cuenta invertir en investigación.

Pero de acuerdo, dejemos todavía el beneficio de la duda. Que el LHC haya costado hasta veces menos que los JJOO no significa que 115 millones de euros anuales sean una cifra desdeñable. Para hacernos una idea, ¿qué mejor que comparar con otras cantidades?
- Misil Tomahawk: 3 millones de euros
- Fichaje Zidane por el Real Madrid: 76 millones de euros
- Titanic (película 1997): 240 millones de dólares
- Buque-petrolero "El Señor de los Mares" (2ª mano): 1.135 millones de dólares
- Emirates Palace, en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos): 3.000 millones de dólares
- Gasto Militar Total en España (2008): 18.910,32 millores de euros
- Fortuna Personal de Bill Gates: 40.600 millones de dólares
- Gasto Militar Total en EEUU (2007): 158.283 millones de euros

Y así podríamos seguir un buen rato. Personalmente, diría que, aun siendo cierto que existen cosas que son más baratas, no por ello dejan de ser menos útiles y -en muchos casos, como por ejemplo el misil - sería incluso preferible evitar el gasto. A partir de ahora, cuando alguien exclame que "la ciencia es carísima, ése dinero podrían emplearlo para paliar el hambre en el mundo", espero que el lector sea capaz de contestarle en un perfecto tono irónico que, en efecto, crear tecnología, conocimiento y puestos de trabajo resulta carísimo, pero el dinero empleado para el ocio y la guerra, ése ni tocarlo.

Y, por cierto, ya que menciono algunas aplicaciones humanitarias donde se podría redirigir el dinero, cabe decir que la tomografía PET tiene también su origen en el CERN. Sin embargo, y en relación con la lista expuesta anteriormente, parece que encontrar una cura para el cáncer no tiene tanto interés por parte de los inversores, como podría declarar el físico Antonio Bru. Como se puede leer aquí, trabajó en su tiempo libre, sin financiación, pagando gastos de su bolsillo para que otros se llevaran el mérito, y fue calumniado en diversas ocasiones por colectivos médicos por la simple razón de que él pertenecía a otra rama científica. El lector interesado puede leer su testimonio aquí.

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