sábado, 13 de septiembre de 2008

LHC: Seguimos (Obviamente) Vivos

Pues bien. Parece que el Gran Colisionador de Hadrones (Large Hadron Collider, LHC para los amigos) arrancó sin problemas. Ni agujeros negros, ni elementos extraños que empezaran a tragarse al planeta ni el fin del mundo... como evidentemente era lo esperable. Porque, sintiéndolo mucho por los consparanoicos, ni los científicos del CERN son Illuminati ni hay ninguna conspiración judeo-masónica para acabar con el mundo. Son simples científicos que han estudiado (y mucho) para llegar donde están y quieren comprender cómo funcionan las cosas.

¿Jugar a ser Dios? Bueno, si al lector o lectora le parece que efectuar de forma controlada, para que se puedan medir las cantidades que interesan, un suceso que ocurre todos los días en la Tierra cientos y cientos de veces es jugar a ser Dios... en ese caso le recomiendo que deje de leer a Dan Brown o a los charlatanes habituales que pululan en la programación televisiva a partir de la medianoche. ¿Que los científicos no poseen una teoría lo suficientemente sólida como para estar 100% seguros de lo que va a suceder? Claro, precisamente ése es el objetivo del experimento. La ciencia, al contrario que muchas otras virguerías paranormales y pseudochorradas, se basa en experimentar, ver que sucede e intentar explicarlo con los conocimientos disponibles. ¿Y si sucede algo terrible precisamente por esa falta de conocimientos? Aparte de que todas las diferentes teorías posibles se han verificado, creo haber dicho ya que los experimentos que se efectuarán suceden habitualmente en la Tierra.

Todo comenzó con la paranóica conspiración de dos charlatanes que -por lo que parece- no tenían nada mejor que hacer: Walter Wagner, especialista ya en hacer saltar las alarmas sin fundamento ninguno y el español Luis Sancho que se presenta como "un científico y escritor español del campo de la ciencia de sistemas" y dice ser "pionero a nivel internacional en el campo del tiempo cíclico y la cosmología", sin saber realmente que significa eso. Porque, como toda esta panda de gente, enrevesa términos que parecen interesantes sin que realmente signifiquen nada. "Ciencia de Sistemas" ¿de qué sistemas?. Y si es pionero es cosmología, ¿cómo es que una búsqueda en el sistema de archivos de física (véase aquí) no ofrece absolutamente ningún resultado acerca de este nombre? En definitiva, estos dos sujetos pueden presentarse a la sociedad como les dé la gana y publicar cuantos libros como quieran, pero son cualquier cosa menos científicos e investigadores.

Así, cuando usted, querido lector, ha escuchado o leído en la prensa (internacional o no) que varios científicos avisaban de que existía la posibilidad de que el encendido del LHC provocara un agujero negro que chupara la Tierra, recuerde que la noticia se refería a dos pseudo-charlatanes que nada tienen que ver con la verdadera comunidad científica. Pero claro, éso vende, y la gente, en su ignorancia (inducida, en parte, gracias a esos medios que no cuentan con la cobertura ni la gente adecuada para la ciencia) se cree todo lo que le dicen. El miedo hacia lo desconocido crece y las alarmas saltan. Gracias a esos absolutos irresponsables que sólo buscan cubrirse de cobertura mediática, ha habido personas que se han suicidado (véase, por ejemplo, aquí). ¿Les gustará a esos señores ser responsables de esas muertes?

Ahora estos individuos dirán que los experimentos "de verdad" (como si los hubiera de mentira) aún no han comenzado y que debemos esperar un poco más. Luego ese poco se convertirá en un año, dos años, y al final terminarán posponiendo sus apocalípticas profecías hasta que otro colisionador supere energéticamente al LHC. Como siempre. Mientras tanto, si el lector quiere más información acerca del mundo de los charlatanes y cómo usan sus bobadas y engaños para engatusar al desconocedor, puede seguir este link. El que quiera conocer las maravillas del LHC (que están disponibles al público general, por mucho que algunos se empeñen en decir que son top secret), pueden pinchar aquí, aquí o incluso aquí. Y, por supuesto, aquí se pueden encontrar las casi 10.000 publicaciones científicas al respecto.

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