Finalmente la última pieza del trío de las Azores (G. W. Bush, T. Blair and J. M. Aznar) se va de la presidencia. Después de ocho años de desastres en los que se ha ganado el dudoso honor de ser uno de los peores presidentes que jamás han tenido los Estados Unidos, y con un índice de popularidad por debajo incluso del de Richard Nixon tras el escándalo Watergate, George W. Bush debe finalmente abandonar la Casa Blanca. Con esto ya no queda en el ámbito político ninguno de esos indeseables que nos llevaron a una guerra no deseada y a una crisis global. Se acabó para esas personas mencionar la palabra "democracia" en vano, al mismo tiempo que hacían oídos sordos de la voluntad de los ciudadanos. Empieza, por fin, una nueva era.

Mencionando simplemente algunas cuestiones: mientras McCain se empeñaba en focalizar su campaña en ciertos puntos clave, siempre en América, y dejaba de lado cuestiones tan importantes como la crisis económica, Obama se dedicó a viajar a Europa y establecer relaciones internacionales mostrando, de nuevo, que no se cree el ombligo del mundo y que sabe que EEUU es simplemente un país más entre cientos. (Para los que digan que ésto formó parte de la campaña mediática, recordarles que, dada la mentalidad americana, ésto pudo incluso haberle restado muchos votos). Más aún, mostró su lado más humano cuando, durante un tiempo, paró completamente la campaña al enterarse de que su abuela estaba enferma (tanto que, lamentablemente, no ha podido ver a su nieto como presidente).
Ya saben los lectores que, aunque la política sea uno de los temas más criticados y uno de los pilares de este blog, nunca me suelo decantar por un partido o por otro. En este caso, sin embargo, hacemos una pequeña excepción: si Obama intenta hacer sólo la cuarta parte de lo que ha prometido y consigue sólo una cuarta parte de lo que intente, ya habrá valido la pena. Espero que no se trate, como muchos afirman, del mismo perro con distinto collar, o que sea simplemente la última adquisición de los que realmente gobiernan; ergo, los que controlan el capital. Todo esto está por ver, hay todavía cuatro años por delante y pueden pasar muchas cosas. Tal como pinta todo, esperemos que sean buenas.
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